En primer lugar, debes saber que el emprendimiento no es para todos y si eres de los que dice; “voy a hacer empresa para ser mi propio jefe y nadie me diga cómo hacer las cosas” estás muy equivocado.
Sin embargo, si bien el emprender no es para cualquiera, nunca sabrás si lo era para ti si no lo intentas; por eso hoy te traigo una guía rápida para iniciar tu negocio propio sin poner fracasar en el intento:
Debes disfrutar lo qué haces: porque pasarás del éxito al fracaso tan rápidamente que si de verdad no lo disfrutas, en muy poco tiempo estarás buscando trabajo de nuevo, pero esta vez endeudado.
Debes saber bien a qué te vas a dedicar: puedes vender un producto o prestar un servicio.
A. Si eliges vender productos, debes buscar algo que te sea fácil de conseguir; que tenga gran demanda e idealmente ya tengas en mente a quienes querrán comprarte: Vender bronceador en invierto u ofrecerle carne a un vegano no son buenas ideas por mucho que tus productos sean los mejores.
B. Si eliges prestar servicios, tienes dos primeras opciones; hacer uso de lo que más sabes (tu profesión o lo que hacías como empleado) o lo que hayas identificado como necesidad aún sin solución. En la prestación de servicios el ritmo suele ser menos agitado, estarás pensando más qué haciendo y muchas veces tendrás que ser estudiante una vez más.
Marca la diferencia: porque difícilmente tu producto o tu servicio sea nuevo en el mundo así que deberás identificar a tu competencia y tomar de referencia a quien te quieres parecer y a quien no ¿por qué me comprarían a mi en lugar que a ellos? ¿por qué quiero que me reconozcan? ¿quiero ganar presencia o quiero ganar dinero? Solo cuando tengas claras tus respuestas estarás listo.
Asesórate con especialistas: tenemos la mala costumbre de pensar que como recién empezamos nos puede ayudar cualquiera y recurrimos a un familiar o un amigo que en el mejor de los casos ni nos cobre pero la larga la moraleja puede costarte mucho dinero.
Vive ligero ¡de cuerpo y de mente!: olvida la gran oficina o los grandes equipos e invierte en tu idea; ya llegará el momento en que por fin disfrutes de la comodidad que tanto esperabas. Recuerda que el emprendedor exitoso disfruta la ruta, no la llegada.
Por todo lo antes mencionado, es vital que desarrolles habilidades personales que fortalezcan tu idea de negocio y a continuación las tres más importantes para un emprendedor de éxito:
- Debes ser muy productivo y para eso debes utilizar tu tiempo eficientemente ¡aleja los distractores!
- La negociación es el arte de hacer negocios y no solo con clientes sino también con proveedores.
- Solo tu adaptabilidad segurará la existencia de tu negocio, debes estar preparado para escenarios extraordinarios ¡adaptabilidad!.
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